El correo electrónico es una de las fuentes tradicionales de amenazas a la seguridad. Un lugar al que todos pueden enviar contenido y donde es posible bombardear al usuario con correos basura o maliciosos.
Aunque a día
de hoy los gestores de correo son bastante robustos y hacen una criba más que
decente, siempre se les puede escapar algún mail
sospechoso. Ante cualquier correo extraño hay algunas pautas básicas:
·
No hagas caso a correos con texto en idiomas
extraños, remite desconocido o con una dirección más que sospechosa.
·
Si te piden dinero por correo, nunca lo des. Aunque
venga de un correo de tu banco, acude antes a tu cuenta en el mismo o llama a
atención al cliente para que realices esa gestión.
·
¿Hay un archivo adjunto? Nunca lo abras.
¿Estabas esperando un correo en ruso pidiéndote
dinero, con un cuadro para introducir tus datos o con un ejecutable? Estupendo.
Si no, a la papelera directamente.
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